sábado, 27 de abril de 2013

                       ROSACEA o Acne Rosaceo



La rosácea es una dermatosis inflamatoria crónica, que se caracteriza por la aparición de eritema, pápulas, pústulas, nódulos, en algunos casos telangiectasias, hipertrofia de las glándulas sebáceas y fimas, afectando a la parte media de la cara y muchas veces con compromiso ocular, que puede
producir blefaritis, conjuntivitis, queratitis, iritis y epiescleritis.
Ocasiona alteración estética notable de la cara, lo que afecta intensamente la vida de relación social de los
que la padecen, con sus consiguientes repercusiones psíquicas.
Asimismo, hemos observado que, en los casos de inicio juvenil, se ha precedido de una fotodermatitis que permanece una vez establecida la rosácea.




La rosácea se ha observado con mayor frecuencia en pacientes de piel clara, sobre todo en los tipos célticos

de Europa septentrional, por lo que se la conoce popularmente como ‘la maldición de los celtas.

Por lo general, la rosácea tiene un largo periodo de evolución.
Inicialmente, puede manifestarse como una tendencia a ruborizarse con facilidad y un sutil enrojecimiento del rostro, estado que podría ser descrito como fase de prerrosácea


La rosácea afecta de manera característica a las convexidades de la parte central de la cara. Según el Comité de Expertos de la Sociedad Nacional para la Rosácea, acerca de la clasificación y la estadificación de la rosácea, la presencia de una o más de las siguientes características indica la presencia de rosácea:

• Rubefacción (eritema transitorio)
• Eritema no transitorio
• Pápulas y pústulas
• Telangiectasias.

Características secundarias


• Escozor o prurito
• Placas
• Aspecto de sequedad
• Edema
• Manifestaciones oculares
• Localización periférica
• Fimas.


SUBTIPOS




TRATAMIENTO
El tratamiento se basa en primer lugar en evitar las causas que puedan agravar los síntomas. Se recomendará al paciente que evite ambientes calurosos y húmedos, lo mismo que los fríos y ventosos. También, no exponerse al sol.
Deberá limpiarse la piel de forma suave, sin frotar, y se evitará los productos astringentes o exfoliantes, al igual que los que contengan alcohol. Se recomienda aplicar protector solar si es necesario y se sugerirá igualmente la aplicación de algún cosmético que permita cubrir las rojeces.
Los objetivos del tratamiento dependen de la clasificación clínica de la rosácea y los cuidados de la piel que hay tener presente en estos casos; tal es así que:

• La clasificación de la rosácea en función de las características que el paciente presenta será la base para establecer el tratamiento.
• Entre los cuidados a tener en cuenta está el cosmético, que mejorará la apariencia de la piel afectada, mejorando el estado emocional del paciente.
• Si hay también síntomas oculares, deberá acudirse a un oftalmólogo, para que valore la situación.
• Siempre tener presente el grado de severidad de la rosácea, independientemente de la clasificación clínica de ésta.
El tratamiento propiamente dicho suele consistir en la administración de antibióticos tópicos, como el metronidazol, que usualmente es la primera línea de defensa prescrita.
También, se ha descrito la aplicación tópica de otros antibióticos o escabicidas, inclusive. Otros fármacos, como los inmunomoduladores tópicos, tipo el tacrolimus, está descrito que pueden tener efecto favorable sobre la rosácea eritematotelangiectásica.
Los tratamientos sistémicos vía oral generalmente conllevan una respuesta satisfactoria. Entre los antibióticos de primera línea tenemos a las tetraciclinas: doxiciclina, minociclina y tetraciclina. La duración del tratamiento requerido dependerá de cada paciente y está dirigido a controlar los síntomas
y evitar recaídas.
La isotretinoína también puede ser prescrita cuando exista persistencia de pápulas y pústulas a pesar del tratamiento antibiótico, o en los casos de rosácea fimatosa. El tratamiento del enrojecimiento o rubor facial está dirigido a evitar todos los factores externos que pudieran producirlo; por ejemplo, la exposición solar inadecuada, los saunas, picantes y ají en las comidas, beber licor y vino, etc., para lo cual
es necesario la aplicación de bloqueadores solares en forma diaria y que contengan pantalla solar, como el óxido de zinc o dióxido de titanio, sombreros de ala ancha y lentes de sol para protección UV(31,32), sobre todo para la forma ocular de rosácea.
 Además, de una dieta a temperatura adecuada, para no producir rubicundez al ingerirla, evitando las bebidas o los alimentos sólidos muy calientes. Finalmente, existen tratamientos invasivos y quirúrgicos dirigidos a tratar las fimas, nodulaciones persistentes y dilataciones vasculares, como las telangiectasias






REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Macsai MS, Mannis MJ, Huntley AC. Acne rosacea. En: Eye and skin disease.
Philadelphia: Lippincott-Raven. 1996:335-41.
2. Valdivia L, Delgado C. Tratamiento de rosácea con oxígeno 100% a
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3. Odon RB, James WC, Berger TG. Andrew‘s Dermatología Clínica. 9ª Ed.
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4. Linden C, Wahlberg JE. Does visual display terminal work provoke rosacea?
Contac Dermatit. 1985;13:235-41.












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